"Sueña como si fueras a vivir eternamente.... Vive como si fueses a morir hoy"

domingo, 10 de febrero de 2013

"JET LAG"

        Qué mejor día para poner de nuevo en marcha este pequeño rincón, que el mismo día de mi cumpleaños.

"Jet Lag", conocido como descompensación horaria, produce efectos de sueño y confusión.
Hace ya 5 meses que regresé de Nueva York, y aún a veces siento un pequeño Jet Lag interno que este largo viaje me produjo.
Y es que tuvieron que pasar dos semanas hasta que me acostumbré a la rutina de mi vida, al día a día.
Atrás quedaron los desayunos copiosos, la humedad penetrante, el calor sofocante y el olor a puesto de perrito caliente; los paseos por Manhattan y las paradas en Mcdonald´s, las fotografías y la recarga de mi Metrocard.
Dejé en aquel continente mis costumbres americanas, mi inglés ( tirando más a "spanglish"), y mi mochila Vans colgada a la espalda con la cámara en mano.
Sin embargo regresé con mi espíritu aventurero por las nubes y sobre todo enamorado de este país.

Todos los que hemos viajado allí, sabemos esa sensación que nos recorre por dentro cada vez que recordamos aquel paraje de luces, sonidos y vida, sobre todo vida. La muchedumbre nos contagiaba, la diversidad estaba presente en cualquier esquina; la ciudad que nunca duerme hace honor a su nombre.

A veces es normal que a uno le tomen por pesado si se tira todo el día recordando historietas; pero tampoco es fácil evitarlo, ya que mires por donde mires, aparece NYC en cualquier sitio; nos persigue, nos ata....
Qué difícil es soportar el Jet Lag;  te confunde, te atonta, te fatiga....
Pero sabes que es una sensación sana, síntoma de un viaje merecido y disfrutado.
Raro es el día que no me paro a pensar en esta ciudad, y es que es imposible desprenderse de tan gratos recuerdos y vivencias.

A veces sigo soñando: me despierto en St John´s Hall, en mi habitación; con las sábanas arrugadas, el sonido del ventilador a toda marcha y un haz de luz entrando por la cristalera.
Me bajo de mi litera,mientras escucho el chirriar de la madera; una tarea un tanto desastrosa,  puesto que tengo que hacer malabares para no caerme y parecer inútil. Uno no está muy hábil a esas horas de la mañana.
Me dirijo hacia nuestro baño, me lavo la cara, hago unas flexiones para mantener la forma y me ducho. Camino por los pasillos enmoquetados, saludo a unos cuantos compañeros por el camino; salgo del edificio y respiro el aire puro. Aire neoyorquino.

Realizo el recorrido hacia Rita Hall, paso la tarjeta por el control, y me dispongo a desayunar con mis chicas.
Pero no un desayuno de dos tostadas, ¡que va! Un desayuno completo: pizza, un poco de hamburguesa, vasito de zumo, un poco de Coca-Cola, cereales y listo.
Perfecto para un día de caminata por Manhattan.

Tras coger el tren en la estación de Tarrytown y llegados a la Gran Manzana nos espera un largo día.
Mirando escaparates de ropa de prestigiosas marcas en el SoHo; cruzamos los pasos de peatones mientras el olor a perrito caliente de los puestos ambulantes se nos pega a la ropa.
 Tomamos instantáneas a todo cuanto nos rodea; regateando precios en Chinatown y siendo objetivo de ofertas en restaurantes en Litlle Italy; cruzándonos con los mas pintorescos personajes por Times Square y sufriendo el terrible calor en los andenes del Metro más emblemático del mundo.

Se termina el día mientras cruzamos el puente de Brooklyn, a la vez que a nuestras espaldas, queda el inmenso paisaje de edificios en perfecta conjunción y armonía que Manhattan plasma.



Y así me despierto a veces, con un gran sueño de mis recuerdos..
Añoro muchas cosas de allí, incluso desearía despertar algún día contemplando las vistas desde el Rockefeller Center hacia el Empire State.

Pongo el TV y veo programas de viajes, anuncios etc y siempre digo con una sonrisa en la cara : "yo estuve ahi"...




Un simple trazo de algunos de mis pequeños recuerdos.
Volveré pronto....